Se trata de un espacio económico donde convergen un oferta y una demanda, como en cualquier mercado, en este caso de recursos humanos.
Un ejemplo, las empresas plantean una oferta de puestos de trabajo, en otras palabras una demanda de recursos humanos necesarios para sus puestos de trabajo, y por tanto con unas características específicas, todo en el marco de un tiempo y un lugar determinado. En el otro lado existe un grupo de personas que demandan un puesto de trabajo, dicho de otra manera, ofertan sus habilidades de trabajo bajo unas condiciones concretas en un tiempo y lugar.
Resumiendo diríamos que le Mercado de Trabajo estaría formado por las oportunidades de empleo y el conjunto de recursos humanos disponible; del grado de equilibrio entre estas dos variables se derivan una serie de consecuencias para el engarce del desempleado en el mundo laboral.
Que un desequilibrio en el sentido de una mayor demanda de recursos humanos provoca unos efectos como una selección más flexible, menores exigencias laborales, salarios más altos, mayor estabilidad en el empleo,... en definitiva, una mayor facilidad para encontrar empleo. Es obvio, y si no asómese al INEM, lo que sucede cuando el desequilibrio va en el sentido contrario.
Este mercado está formado, en una división simplificada, por el sector público, el privado y la opción del autoempleo.
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